Café Onyrico

Hay ciertas obras que reflejan con una mirada sorprendentemente profunda, los rasgos propios de una era, sin dejar de lado, la impronta propia de su autor.

El Unicornio, de Manuel Mújica Láinez, es justamente una de ellas. Desde el principio, nos enteramos que la historia va estar contada, por primera persona, nada y más y nada menos que por la famosa hada Melusina. Para todos aquellos entusiastas de las leyendas europeas o para los que estén familiarizados con los trabajos de Carl Jung, Melusina no es ninguna extraña, pero para todos aquellos que no la conozcan desde antes, Mújica Láinez se toma el trabajo de recontar su historia, por su boca (o quizás más vale decir su pluma) misma.

Porque el Unicornio, es el diario de la vida de un hada, de un hada que vio al rey Arturo, un hada que convivió con un angel y que atraveso países y lugares de ensueño, buscando al amor.

Al comienzo de la historia, Melusina se presenta y nos habla de su extraña familia, su madre, el hada Presina y su padre, que fuera rey de Escocia, de sus hermanas y de la maldición que le toco vivir y que arrastra a través de los siglos.

Y una vez que pensó que su vida finalmente se había aquietado, la fuerza del amor la rejuvenece. Un amor curioso y mágico, luego de siglos de soledad, la viva efigie de aquel que fuera el hombre de su vida, se le presenta como en una visión, hecha carne y hueso y ella con un amor que es féerico y humano decide seguirlo. Esa es la verdadera historia de este libro, aquí es donde el autor nos relata una historia de amor imposible y distinta. Melusina, que ya casi es una presencia etérea, sigue a lo largo de Francia y Tierra Santa a Aiol, quien es en realidad un descendiente de suyo, para quererlo desde la cercanía y la distancia. La cercanía de nunca despegarse de su lado y la distancia de no poder amarlo como ella quisiera.

Este libro, aunque a primera vista parezca voluminoso (la misma Melusina lo comenta), en realidad avanza sin problemas en la narración. La pasión descriptiva del autor, que alcanza en su famosa obra Bomarzo un punto culminante, aquí se ve atenuada y se hace más hincapié en los pensamientos de la protagonista y en el pensamiento propio de la Edad Media que en la descripción de los escenarios.

¿A quiénes les gustaría leer “El Unicornio”?

Aquellos que ya hayan leído algo de la obra del genial Manuel Mújica Láinez y estén deseosos de adentrarse en otro de sus libros, los amantes de la Edad Media, los admiradores de las historias fantásticas que transcurren en este mundo o en cualquier otro, o simplemente aquellos que no puedan resistirse a los cuentos de hadas con todas letras, de las que son apasionadas y coléricas, con todo lo terrible y maravilloso que entrañan.